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by rochacarro
miércoles, 11 de febrero de 2015
LA HISTORIA DE ISABEL ZENDAL GOMEZ.- NATURAL DE LA PARROQUIA DE SANTA MARIÑA DE PARADA, TERMINO MUNICIPAL DE ORDES, PROVINCIA DE A CORUÑA. CONSIDERADA COMO LA PRIMERA ENFERMERA DE LA SANIDAD PUBLICA. REAL EXPEDICION FILANTROPICA DE LA VACUNA. EXPEDICION DE BALMIS.
La historia de ISABEL
ZENDAL GOMEZ.- Natural de la parroquia de Santa Mariña de Parada, del
municipio de Ordes, provincia de A Coruña). Considerada como “LA PRIMERA ENFERMERA
DE LA SANIDAD PUBLICA”, integrante de la REAL EXPEDICION FILANTROPICA DE LA VACUNA”,
organizada por el rey Carlos IV y llevada a cabo por la “expedición de Balmis”.
Monumento a la "Expedición de Balmis" situada en el Paseo del Parrote de la ciudad de A Coruña, conmemorando el 200 aniversario de la Real Expedición Filantropica de la Vacuna.
Las investigaciones del historiador Antonio López y
J. Pedrido han despejado las dudas sobre el origen y el verdadero nombre de la
primera enfermera de la historia de la sanidad pública, reconocida así por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hasta ahora sólo eran indicios sobre el origen
gallego de esta mujer, que por razones varias, hasta su apellido sufrió
distintas variaciones a lo largo de los años. Ahora, gracias a este trabajo de
investigación, quedan disipadas las dudas sobre el verdadero nombre y el origen
de la heroína sanitaria integrante de la “Real Expedición Filantrópica de la
Vacuna”.
La Real Expedición estuvo formada por un grupo de valientes
expertos y profesionales de la época para una misión encomendada por el rey
Carlos IV y financiada por la Real Hacienda. La dirección de la misma le
corresponde a un médico militar, el doctor Balmis, para hacer llegar de forma
gratuita a todos los rincones de los territorios de la corona española la
vacuna contra la viruela.
Los datos recientemente publicados nos indican que
el verdadero nombre de esta insigne mujer es ISABEL ZENDAL GOMEZ, natural de la
parroquia de Santa Mariña de Parada, del lugar de Grela, en el municipio de
Ordes de la provincia de A Coruña. Hija de una familia humilde, pobres de
solemnidad; fue la elegida para que se integrara en el grupo dirigido por el doctor Balmis para la
encomiable labor de llevar por el inmenso territorio que pertenecía a la corona
española (una buena parte del continente americano y las islas Filipinas); la
vacuna de la viruela, que tantas muertes ocasionó a lo largo de los siglos a
toda la humanidad.
Su misión se basaba en el cuidado de aquellos 21
niños procedentes de la Inclusa, a los cuales se les suministraría de forma
paulatina, en sus brazos, la vacuna de la viruela con la el propósito de asegurar
que pudiese llegar activa durante el largo viaje en barco que les esperaba
hasta llegar a las costas del continente americano.
Señal indicativa del lugar de Grela, en la parroquia de Parada, lugar en donde nació Isabel Zendal Gómez.
Emprenderían en aquellas lejanas tierras el plan
estratégicamente diseñado para llevar la vacuna al mayor número de personas
posible de forma gratuita. Empezaba así una historia, una iniciativa y un
trabajo desarrollado por este grupo de personas que quedará para siempre en los
anales de la Historia de la Humanidad como una de las más importantes y
destacadas en beneficio del ser humano.
Inscripción que figura en el edificio de la Domus (Casa del Hombre) de A Coruña, en recuerdo de la Expedición Real.
La viruela. El azote del ser
humano.
La viruela se propaga fácilmente de unas personas a
otras, mismo por medio de la saliva o por el mero contacto de la ropa de la
persona enferma. Está considerada como una de las enfermedades que ha dejado en
el planeta; contadas por millones a lo largo de los siglos.
De la primera epidemia de la viruela que se tiene
conocimiento se remonta a 1.300 años a.C., en la región de Egipto. Sus
consecuencias fueron devastadoras a medida que su ámbito de acción surcó todo
el planeta.
Los síntomas de esta dolencia se caracterizan por
graves infecciones de la piel, llegando a padecer delirios, fatiga, fiebre
alta, dolor de cabeza, vomitos… Las mayores complicaciones se sustentan en el
padecimiento de infecciones en los ojos, neumonía o artritis. El riesgo de
muerte fue altísimo, oscilando según las zonas del planeta y las virulencias de
la propia epidemia que oscilaban entre el 20 y 60 por 100 de las personas
adultas que la padecían, cebándose especialmente en la población infantil,
cuyas bajas podían llegar hasta el 80 por 100 al no tener desarrolladas
totalmente sus defensas.
La enfermedad no conocía ni entendía de razas ni
sexos, ni condición social o económica. Entraba en cualquier casa, en cualquier
palacio, le afectaba a cualquier rey, noble o aristócrata como al pobre más
absoluto de cualquier esquina del planeta.
Llegó a estar tan presente en la vida de las
personas que incluso en la India, derivado de sus nefastas consecuencias, no se
les ponía nombre a los niños hasta que pasaran la enfermedad, o como en Europa,
ya un poco más cerca, no se tenían en
cuenta los hijos hasta que la superaran. Demoledor.
Las muertes se contabilizan por millones, haciendo
auténticos estragos en episodios que se dieron a lo largo del tiempo. Hay quien
sostiene que la viruela fue una de las causas de la caída del imperio romano o
las mismas culturas aztecas e incas en el continente americano.
Métodos ancestrales para
combatir la viruela.
Durante una epidemia en Grecia padecida en el siglo
I a.C., se observó como las personas que sobrevivían a la dolencia quedaban
inmunes puesto que no la contraían de nuevo.
De aquel apunte realizado por los griegos en
atención a la inmunidad que presentaban los individuos que sobrevivían al
contagio, aparecieron las primeras técnicas de variolización en la región de
China y la India que luego se extenderían por todo Asia hasta llegar a Turquía.
Su técnica consistía en la conservación de las pústulas de los enfermos y
dejarlas secar. Una vez convertidas en polvo se le aplicaba de forma preventiva
a otros individuos por las fosas nasales. Otra técnica derivaba en la
inoculación del producto a base de pequeñas incisiones en la piel.
Estas técnicas, todo hay que decir, entrañaban
serios riesgos para los pacientes, aunque fueron aumentando de forma paulatina
los resultados positivos por lo que nunca dejaron de aplicarse y más que nada
“no se conocía ningún otro remedio”.
En el siglo XVIII se dará un paso de gigante para
encontrar una solución a la fatalidad que se ve sometida el ser humano por
todos los rincones de la Tierra. Gracias a la curiosidad y empeño de una mujer
inglesa, adelantada a su tiempo, o si se quiere, distinta; la cosa empezó a
cambiar. Se trata de Lady Mary Montagu, aristócrata, escritora y esposa del
embajador inglés en Constantinopla que en sus viajes por tierras de Oriente
comprueba in situ las técnicas de variolización que se venían aplicando por
aquellos lares. Había padecido la enfermedad por lo que decide inocular a sus
hijos y difundir en su país este método profiláctico, aunque sin mucho
resultado positivo e inmediato, a pesar de la impliación de la familia real.
Aquellas novedades que la señora se empeñaba en
inculcar de vuelta a casa no fue tarea fácil. Se tuvo que enfrentar a la cruda
realidad, basada en el escepticismo de una buena parte de la clase médica con
los remedios de la dama traídos de tan exóticos lugares así como de los
religiosos de la época, más preocupados en inculcar que aquel problema era más
bien un mandato divino y todas esas cosas.
Aún así perduró el empeño de profesionales de la
medicina, de los científicos, de los profesionales, esos que son los que
realmente nos sacan las castañas del fuego, no cejaron en encontrar una solución para ese
mal que se intentaba combatir de la mejor manera.
Llega el gran momento. Se descubre
la vacuna. La fecha mágica: 14 de mayo de 1796
Después de que la dama inglesa Lady Mary Montagu se
propusiera introducir aquellas técnicas que tan buenos resultados le dieran a
ella y su familia, aún tuvieron que pasar varias décadas para lograr un avance
definitivo para buscar una cura a este mal.
Será el 14 de mayo de 1796, fecha que será recordada
como una de las grandes efemérides de algo maravilloso que ocurrió en favor de
la Humanidad. El médico inglés Edward Jenner venía observando en el pequeño
pueblo en donde ejercía su profesión, como los granjeros se vanagloriaban de no
padecer la viruela, gracias al contagio que padecían, de forma habitual, de una
infección en sus manos. Una infección de carácter leve conocida como viruela
bovina, producida por el contacto de las ubres de sus vacas.
El doctor puso atención en aquellos datos y sus
conocimientos hasta llevarlo a la práctica para concluir que inoculando la
viruela de las vacas no se contagiaba de la viruela humana. Para ello usó las
pústulas de la mano de una granjera que padecía la infección transmitida por
los animales; y se las aplicó a un niño, de nombre James Phipps.
Los detractores, otra vez los detractores, en esta
ocasión del Dr. Jenner, no tuvieron más remedio que sucumbir ante los evidentes
buenos resultados de las pruebas desarrolladas por el médico. Dos años más
tarde escribiría un tratado sobre el resultado de sus pruebas. La vacuna estaba
servida.
La viruela en América
Así estaban las cosas por Europa mientras que en
América venían padeciendo la viruela desde principios del siglo XVI; al parecer
por el contagio que efectúa un esclavo procedente de Africa (de dónde si no),
enrolado en las filas de Narváez que andaba en busca y captura de Hernán Cortes
por la zona de las Antillas.
La vacuna en España
Cuatro años después de descubrir la vacuna, en 1800
entra en España, realizándose las primeras campañas en Cataluña de una partida
procedente de París.
Como antecedente a la implantación oficial del
remedio recién descubierto, indicar que el Protomedicato, un grupo de técnicos
y expertos al servicio de la Corte del rey de España, cuyo cometido era vigilar
y controlar el ejercicio de los profesionales sanitarios en el ejercicio de sus
funciones; no estaban por la labor de
promocionar y divulgar en el país, los trabajos que se venían desarrollando en
Inglaterra desde 1717. Tan convencidos estaban de las maldades de lo que se
estaba cocinando en aquellas Islas que llegaron a prohibir la publicación y
distribución de una memoria sobre la inoculación de la vacuna de la viruela.
Preocupación del rey Carlos IV
Esa expresión que dice que “en Palacio las cosas van
despacio”, pues en esta ocasión tenemos la excepción. El rey Carlos IV muestra
seria preocupación por los acontecimientos que se desarrollan en los vastos y
amplios territorios que domina su corona. Más aún cuando una de sus hijas
padece la enfermedad.
A mediados del año 1802 se produce una gran epidemia
en Nueva Granada y Santa Fe. Las
dimensiones que alcanzaba la epidemia hizo vivir un auténtico drama a sus
habitantes, cuya preocupación tomó tal calibre que las mismas autoridades
locales hicieron llegar una solicitud al rey Carlos IV para que adoptase
medidas conducentes para atajar tan dramática situación.
Por otra parte surgen nuevos brotes en territorio
peninsular y con la técnica de inoculación puesta en marcha, el monarca decide
que con carácter de urgencia es necesario establecer criterios para elaborar un plan con el fin de llevar la vacuna de forma gratuita al conjunto de la
población de los territorios de Ultramar (América y Filipinas), luego de tomarle
el parecer a sus Consejeros. Estamos en el mes de marzo de 1803.
Esto conlleva la necesidad de fijar procedimientos
para llevar a la realidad este ambicioso plan. Instruir a los sanitarios,
concienciar a las autoridades locales con la creación de las Juntas de
Vacunación y la financiación necesaria eran los pilares básicos del trabajo que
se les presentaba.
Estamos pues en este momento a las puertas de la
creación de la “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna”. El buen ritmo con el
que se organizó todo el complejo entramado es digno de significar, más teniendo
en cuenta el tipo de administración de aquellos años.
El 22 de marzo de 1803 se inician los primeros
trámites y a los pocos días, el 28 del mismo mes, el proyecto ya está concebido.
El siguiente paso sería concretar como se financiaría el proyecto. La Real Hacienda
se hace cargo de todos los gastos de la expedición hasta llegar al continente
americano. Una vez allí sería por medio de los Tributos de los Indios y los
Diezmos eclesiásticos la fórmula elegida para ello.
El 5 de junio de 1803 se publica la Real Orden para
organizar la “Real Expedición” para combatir la viruela en los territorios de
Ultramar, para ya en el mes de setiembre se publica una nueva Real Orden en la
que se detallan actuaciones concretas para aquellos territorios.
Es en este momento cuando ya se tiene tomada la
decisión de cómo y quién serán los portadores de la vacuna en condiciones
óptimas para tan largo viaje. Serán los otros grandes protagonistas de esta aventura
filantrópica: LOS NIÑOS. En aquella disposición se señalaba que “los niños serán bien tratados, mantenidos y
educados hasta que tengan ocupación y destino con que vivir, conforme a su
clase y devueltos a los pueblos de su naturaleza, los que se hubiesen sacado
con esa condición”.
Finalmente el nombramiento del cargo de director de
la Real Expedición recae en el médico militar Francisco Javier Balmis y
Berenguer. Así es como de inmediato el 7 de setiembre de 1803 la mayor parte
del grupo sale de Madrid rumbo a la ciudad de A Coruña, recalando en ella el día 21, fecha a partir de la cual ya se ultiman los detalles para el viaje a
América.
Es aquí cuando se tiene conocimiento que la Rectora
de la Casa de Expósitos de A Coruña, nuestra protagonista, Isabel Zendal Gómez,
será la encargada de custodiar y cuidar de los niños, parte esencial y
primordial de la Expedición, dado que en ellos se llevará la vacuna en
condiciones óptimas hasta América. A los 10 niños que el Dr. Balmis trajo de
Madrid procedentes de la Casa de los Desamparados se unen otros 11 procedentes
de la Casa de Expósitos de A Coruña.
Se contrata el barco, la corbeta “María Pita”,
emprendiendo viaje desde el puerto de A Coruña rumbo al Nuevo Contienente. La
fecha mágica era el 30 de noviembre de 1803.
Los componentes de la “Real
Expedición Filantrópica de la Vacuna”. La expedición de Balmis.
Francisco Javier Balmis y
Berenguer.- Médico militar, natural de Alicante. Antes de embarcarse como director de la Real
Expedición Filantrópica de la Vacuna ya había estado en México en otras
ocasiones. En 1795 es nombrado por Carlos IV Cirujano de Cámara. Regresó a España
en 1806
José Salvany y Lleopart.- Natural de Barcelona. También médico militar. Con
tan solo 25 años se integra en la expedición de Balmis, erigiéndose en uno de
los activos más significativos del grupo. En el momento en que se divide el
grupo a su llegada al continente americano, es el encargado de la misión de llevar la vacuna hacia el sur del continente. Enferma durante el largo viaje y fallece en la localidad de Cochabamba en 1810, territorio que hoy pertenece a
Bolivia, mientras intentaba llegar a Buenos Aires.
Manuel Julián Grajales.- Nació en Sonseca (Toledo). Recién titulado como
cirujano médico antes de partir con la expedición de Balmis, consigue en
territorios de Ultramar combinar la labor filantrópica del grupo con sus
estudios de medicina, logrando en el año 1815 doctorarse en Medicina en la
Universidad Literaria de Santiago de Chile. Vuelve a España en 1824 sobreviviendo
a los convulsos momentos de luchas por la independencia que se libraran en
territorios de la corona española en el continente americano.
Antonio Gutiérrez Robredo.- Su
nombramiento fue propuesto por el mismo doctor Balmis. Nació en Madrid en mayo
de 1773.
Francisco Pastor Balmis.- Sobrino del doctor Balmis. Destaca su aportación
en la expedición en Centroamérica, en lo que hoy es Guatemala.
Rafael Lozano Pérez.- Al parecer su elección es decisión también de
Balmis. Uno de los integrantes del grupo que desarrolló su labor en el grupo de
Salvany.
Basilio Bolaños.- Otro integrante más del grupo que lidera Salvany
cuando la expedición se divide en dos. Llega con su misión hasta Buenos Aires.
Pedro Ortega.- Enfermero de la expedición.
Antonio Pastor.- Integrante del grupo de Balmis cuya labor se
desarrolló en Nueva España (México).
Isabel Zendal Gómez.- Rectora de la Casa de Expósitos de A Coruña. Su
nombramiento para formar parte de la Expedición Filantrópica data del 14 de
octubre de 1803. Elogiada su labor por el propio Balmis.
Los niños.- Inicialmente fueron 21 los niños expósitos que
zaparon en la corbeta “Maria Pita”, de los cuales 10 salieron de Madrid bajo la
custodia de Balmis, procedentes de la Casa de los Desamparados. El otro grupo
pertenecían a la Casa de Expósitos de A Coruña, bajo la tutela del Hospicio de
Santiago de Compostela. No podían haber pasado la viruela natural. En 1810
Balmis aún mantenía negociaciones para que los niños pudiesen regresar a
España.
Pedro del Barco y España. Teniente de Fragata, capitán de la corbeta “María
Pita” que transportó a la Expedición Filantrópica de la Vacuna. Retornó al
puerto de A Coruña el 10 de agosto de 1804 desde Veracruz. Cumplida su misión
le valió un ascenso.
Detalle del monolito que figura en el Paseo del Parrote en A Coruña.
El periplo de la “Real
Expedición Filantrópica de la Vacuna” por los territorios de Ultramar.
El primer puerto en el que recalan es el de Santa
Cruz de Tenerife, permaneciendo en esta isla un mes. Aprovechando la coyuntura
realizando varias tandas de vacunaciones.
Abandonan el archipiélago canario el
6 de enero de 1804. Llegan a continente americano el 9 de febrero a la isla de
Puerto Rico, por lo que de forma efectiva en esta fecha comienza la labor
encomendada por el monarca a la Expedición Filantrópica.
Aquí se encuentran con los primeros problemas. Las
atenciones no son las esperadas ni deseadas por el grupo que dirige el Dr.
Balmis. El gobernador de la isla puertorriqueña no se implica en la labor
humanitaria como era de esperar. La vacuna ya había sido dispensada por el
médico militar residente en San Juan, el Dr. Francisco Oller, adquirida en la
isla vecina de Saint Thomas, en las Antillas Menores (Islas Vírgenes,
territorio que hoy pertenece a Estados Unidos).
El grupo se divide en dos para
seguir con su cometido.
El panorama se tornaba gris. Los expedicionarios se
encuentran con otro problema añadido como era encontrar niños sanos que no
hubiesen padecido la viruela para transportar la vacuna en condiciones óptimas
para ser suministrada a otros territorios que debían alcanzar; con el mismo
cometido e iguales condiciones que los niños españoles traídos desde el puerto
de A Coruña.
La Expedición decide poner rumbo hacia territorio
continental para seguir con el plan establecido. Caracas sería su próximo
destino. El día 2 de marzo el Dr. Balmis así lo decide. Ante las inclemencias
meteorológicas la partida se pospone por unos días, pero dificultades añadidas
en el viaje no inician la salida de Puerto Rico hasta el 13 de marzo. Llegan a
Puerto Cabello el día 20, al no ser posible hacerlo al puerto de La Guaira como
esta inicialmente previsto. Se instalan en Caracas el 30 de marzo.
Aquí sí que encuentran facilidades y colaboración
por parte de las autoridades locales por lo se hace con premura las
vacunaciones y a otros puntos de la jurisdicción del Capitán General de
Caracas. Ante la envergadura de la encomienda, Balmis entiende que dividir el
grupo haría más rápida la acción preventiva, desplegando los efectivos por
diversos puntos en los que se demandaba su presencia y ante las noticias de
nuevos brotes de la viruela, como era el caso de los territorios de Nueva
Granada (hoy la actual Colombia).
Las tres fases de la Expedición
Real.
Si en un principio cuando se estaba diseñando la
Expedición se barajó la posibilidad de mandar dos grupos, al final el monarca
Carlos IV decide que sólo sea uno. Ahora en pleno cometido es en Caracas cuando
el Dr. Balmis decide dividir el grupo en dos. Uno estará dirigido por él mismo,
en el que quedará integrada Isabel Zendal Gómez y los niños traídos desde
España. El otro grupo quedará bajo la dirección del Dr. Salvany, brazo derecho
de Balmis.
Grupo de Salvany:
El grupo de Salvany recorre América del Sur iniciado
su cometido en el mes de mayo de 1804. Estaba conformado por tan solo cuatro
personas: Salvany, Jujlián Grajales, Rafael Lozano y el enfermero Basilio
Bolaños y 4 niños con la vacuna en sus brazos.
Llegaron a Cartagena después de un tortuoso y penoso
viaje en el que sufrieron importantes pérdidas materiales para la vacunación.
Desde aquí se centralizó la acción para seguir la campaña hacia Panamá y otro
hacia el sur, cara a Buenos Aires.
Salen de Cartagena el 24 de julio de 1804 por un complejo y extenso
territorio. En su recorrido formaron nuevos grupos incorporando nuevos
colaboradores. Esta acción era elemento importante para ampliar los
conocimientos y la concienciación de la población, tanto de los facultativos,
autoridades y población en general.
Llegaron a atravesar la cordillera de los Andes. En
Santa Fé fue el lugar elegido por Salvany para reponer fuerzas, aquejado ya
gravemente de sus dolencias. Quito sería otro punto de referencia para este
grupo al que llega un 16 de julio de 1805. Cuando llegan a Lima comprueban que
se comerciaba la vacuna libremente, sin que estuviese controlada por ningún
facultativo, otro de los problemas al que había que hacer frente. Recordemos
que la misión era llevar la vacuna a la población de forma gratuíta.
Al llegar a Arequipa (en el actual Perú) en
diciembre de 1807 el Dr. Salvany cae enfermo, pero aún así sigue voluntarioso
en su misión llegando a la ciudad de La Paz el 1 de abril de 1809.; lo cual tiene
mucho más mérito aún, considerando que esta ciudad, hoy capital de Bolivia,
está a más de 3.500 metros de altitud sobre el nivel del mar. Moriría en
Cochabamba, camino de Buenos Aires el 21 de julio de 1810.
Grupo de Balmis.
El nuevo grupo de Balmis comienza su trabajo el 8 de
mayo de 1804, considerando como fecha final por parte de algunos autores el 7
de setiembre de 1806 cuando Balmis regresa a Madrid, camino de Lisboa; si bien
es cierto que parte de ese grupo siguió realizando su misión en otros lugares
durante más años.
Inicialmente en esta nueva etapa el grupo queda
conformado por el propio Balmis, Antonio Gutiérrez Robredo, el practicante
Francisco Pastor, los enfermeros Pedro Ortega y Atnonio Pastor e Isabel Zendal
Gómez junto con los niños traídos desde la península. Llegan a La
Habana en la “Maria Pita” el 26 de mayo de 1804. Aquí se encuentran también con
que la vacuna fuera introducida en la isla por el prestigioso médico Tomás
Romay, aunque en esta ocasión, Balmis y sus acompañantes recibe buenas
atenciones, mostrando colaboración con la causa. Derivado de la “buena”
situación que se encuentran en este lugar, Balmis decide emprender de nuevo
viaje por tierras de Nueva España (México) a donde la vacuna no había llegado.
Antes tuvo la necesidad de convencer a un joven y comprar tres esclavas para
que suplieran la carencia de niños que transportaran en sus brazos la vacuna;
tras las infructuosas y reiteradas peticiones formuladas ante el Capitán
General de la Isla de Cuba.
Arriban al puerto de Sisal en la península del
Yucatán el día 25 de junio de 1804. Realizan los expedicionarios incursiones
por Mérida y se decide probar suerte en los territorios de Guatemala, Panamá,
etc., haciéndose cargo de esta comitiva Francisco Pastor. De regreso el resto
de la Expedición por Veracruz se dispuso mientras tanto la vacunación a la
población a cargo del Dr. Arboleya; provocando tiranteces entre este y el Dr.
Balmis.
El 9 de agosto llegan a la capital de México, lugar
en el que los niños procedentes de España son entregados a las autoridades
locales al objeto de encontrarles familias con posibles económicos y darles así
una merecida protección. Comienzan una campaña de vacunación por buena parte
del territorio de Nueva España, donde ya en este momento son niños mexicanos
los que portan la vacuna en sus brazos. El 30 de diciembre vuelven a la ciudad
de México, una vez terminada aquella campaña, para organizar de inmediato el
siguiente viaje. Ahora le correspondía el turno a las Filipinas, no sin antes solventar
una serie de problemas al no contar con la ayuda del virrey.
El 7 de febrero de 1805 Balmis y sus colaboradores
parten hacia Filipinas, grupo en el cual se encontraba también Isabel Zendal
Gómez. Realizan la travesía a bordo un barco de los habituales de la línea
entre Acapulco hasta Manila. Un viaje en el que el propio Balmis se queja por la
falta de higiene y las precarias condiciones en las que se encuentran los niños
durante tan largo viaje. Arriban al puerto de Manila el 15 de abril, es decir
más de dos meses después de salir de la costa oeste mexicana.
En el archipiélago filipino se hace cargo de la
expedición Gutiérrez Robredo ya que Balmis ve su salud mermada. Asi es
cuando Balmis decide emprender viaje de regreso a España via Océano Indico. A
su vez también acuerda que una vez concluída la misión por el territorio
filipino el resto de la expedición emprenda viaje de regreso hacia Nueva
España (México) y devolver a sus familias los niños mexicanos integrantes de esta
expedición.
El Dr. Balmis inicia su nuevo viaje, hacia España, el
3 de setiembre de 1805 fecha de partida de Manila; pero aún no conforme con
todas sus actuaciones, tiene el valor y el coraje de ampliar la zona de
vacunación en Macao, territorio situado el sur de China bajo control portugués.
Un viaje que estuvo a punto de costarle la vida debido a las tormentas típicas
de la zona que le tocó sufrir. En esta zona del mundo es bien recibido y
consigue adentrarse hasta tierras de Cantón el 5 de octubre de 1805 para seguir
ampliando el radio de acción de la vacuna.
En febrero de 1806 Balmis toma rumbo hacia España
vía puerto de Lisboa, por medio de una ruta de barcos establecida desde Macao
con la capital portuguesa. Llega a Lisboa el 14 de agosto siendo recibido con
los honores que merecía la ocasión por el rey Carlos IV el 7 de setiembre.
Antes aún tuvo la oportunidad de convencer a las
autoridades de la isla de Santa Elena, colonia británica, en la que hizo escala
el barco en el que viajaba, para realizar una campaña de concienciación y
vacunación de la población que en ella residía. Como anécdota indicar que antes
de partir hacia Lisboa el gobernador de la isla le hizo entrega de un paquete
enviado desde Inglaterra y que hacía varios años recibiera. La gran
sorpresa del Dr. Balmis fue que al abrirlo pudo comprobar que el contenido era ni
más ni menos que unas dosis de la vacuna, con sus correspondientes
instrucciones para aplicarla, enviadas por el mismísimo Dr. Jenner.
El resto de los integrantes del grupo de Balmis (en
el que estaba Isabel Zendal Gómez) no llegarían de regreso a Acapulco hasta el
14 de agosto de 1809.
Creación de las Juntas de
Vacunación.
Cabe recordar que las Juntas de Vacunación que
fueron creando y fomentando su generación por parte de la Expedición fue
fundamental para que la vacuna se extendiese por todo el territorio, logrando concienciar a las autoridades locales, de
los sanitarios y por supuesto de la propia población afectada.
Fueron muchos los padecimientos e incomprensiones a los que tuvieron que hacer frente los componentes de la Real Expedición, que sin
lugar a dudas se vieron compensados por las fantástica repercusión que a nivel
mundial tuvo su encomiable labor.
Isabel Zendal Gómez en México.
Después de llegar de vuelta a México procedente de
Filipinas poco se sabe de Isabel Zendal Gómez. Al parecer se instaló con su
hijo en la ciudad de Puebla como la mayor parte de los integrantes del grupo de
Balmis. Su salud estaba mermada después del infatigable esfuerzo realizado
tantos días y noches a cargo de los niños que componían la expedición. En la
Península mientras tanto los Bonaparte hicieron su aparición lo que provocaría
una nueva y gran crisis que a su vez irradió a los territorios de Ultramar. Se
forjaba así la independencia de los territorios españoles en el Nuevo Continente;
razones que lo mismo también influyeron para que Isabel y su hijo Benito nunca
más volvieran a España.
El doctor Balmis deja claro, en un momento de la
expedición, sus apreciaciones sobre el trabajo que desarrolla esta mujer, de la
que llega a escibir: “La miserable
Rectora que con el excesivo trabajo y rigor de los diferentes climas que hemos
recorrido, perdió enteramente su salud, infatigable noche y dia ha derramado
todas las ternuras de la más sensible Madre sobre los 26 angelitos que tiene a
su cuidado, del mismo modo que lo hizo desde La Coruña y en todos los viajes y
los ha asistido enteramente en sus continuadas enfermedades”.
Es la única mujer de este grupo de héroes sanitarios
que fueron capaces de organizar un entramado a nivel mundial mediante el cual
se consiguió universalizar la vacuna contra la viruela que tantos estragos
estaba haciendo a lo largo y ancho del planeta.
La especial misión de Isabel Zendal Gómez en este
mítico grupo era el cuidado de los pequeños. Mantenerlos activos y sanos.
Asearlos, darles de comer, sus momentos de descanso y cuidar adecuadamente que
no se contagiaran unos de otros de forma inadecuada. Una labor encomiable y
certeramente desempeñada en todos los ámbitos, logrando que ningún niño
pereciera.
Espacio dedicado a los componentes de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, en las inmediaciones de la Casa del Hombre (Domus) de A Coruña.
Los niños
Los niños de la Expedición fueron la parte anónima
pero fundamental para desarrollar la macro campaña de vacunación diseñada desde
la Corte del rey Carlos IV. Puede resultar chocante que unos inocentes niños,
unos de tantos que estaban acogidos en las Inclusas para remediar de la mejor
forma posible aquel otro mal como eran los menores abandonados y desprotegidos
por las calles, iglesias y pueblos; se convirtieran en el núcleo principal del
complejo proceso de vacunación. Aquella estrategia aún hoy en día es reconocida
como una excepcional idea.
El compromiso era claro desde un inicio. Así se
declaraba en una de las normas que regulaban cuestiones de la Real Expedición,
referida a los niños: "...serán bien tratados, mantenidos y educados,
hasta que tengan ocupación o destino con que vivir, conforme a su clase y
devueltos a los pueblos de su naturaleza, los que se hubiesen sacado con esa
condición".
División
de opiniones en cuanto al cumplimiento o no de lo que se fijaba en la norma.
Ojalá algún día, al igual que se ha conseguido saber la verdadera identidad
personal de la Rectora de la Casa de Expósitos de A Coruña, podamos también
saber del paradero y lo que les deparó en la vida a estos pequeños grandes
héroes de la Expedición.
En
Galicia desde finales del
siglo XVIII en Galicia se efectúa una descentralización más o menos efectiva de
la Casa de Expósitos que funcionaba desde el siglo XVI en el Hospital Real de
Santiago de Compostela (hoy en día el Hostal de los Reyes Católicos), cuyos monarcas
había ordenado construir.
Con esta medida la ciudad en la ciudad de A Coruña
se crea la Inclusa, el Hospital de Caridad que es financiado con los bienes
donados por la benefactora Teresa Herrera en el año 1789. La Casa de Expósitos
se crea en el año 1793 ante el creciente número de niños abandonados que
pululaban por todas partes; de tal forma que pasado un tiempo se intenta
gestionar con cierta autonomía con respecto del Hospital Real de Santiago de
Compostela, que era la institución que aglutinaba esta labor en la región.
Iglesia de San Nicolás en A Coruña. Sede de la Congregación que gestionaba la Inclusa en la que trabajaba Isabel Zendal Gómez.
Los niños de la Inclusa de A Coruña era bautizados
en la Iglesia de San Nicolás, sede de la Congregación del Espíritu Santo y
María Santísima de los Dolores que se formara al amparo de los bienes donados
por Teresa Herrera.
Isabel Rectora de la Casa de Expósitos
de A Coruña.
Más que interesantes son los datos que aporta el
trabajo desarrollado por el historiador Antonio López, en el cual deduce que la
fecha de nacimiento de Isabel Zendal Gómez es, supuestamente, anterior al 26 de
febrero de 1773. Se determina también que su hijo Benito fue bautizado el 31 de
julio de 1796 en la iglesia de San Nicolás de la ciudad de A Coruña, lugar en
el que radicaba también la sede de la ya mencionada Congregación que sustentaba
económicamente la Casa de Expósitos. Con ello queda desterrada la idea de la
adopción como se barajaba.
El lugar de origen de Isabel es la parroquia de
Santa Mariña de Parada, que en la actualidad pertenece al municipio de Ordes,
en la provincia de A Coruña. En la iglesia parroquial fueron enterrados sus
padres, Jacobo Zendal e Ygnacia Gómez.
Aquella fecha como fue el 14 de marzo de 1800 cuando
entró a trabajar como Rectora de la Inclusa de A Coruña, seguramente no pudo
imaginar que aquel empleo, que ya de forma brillante desempeñaba a ojos de los
demás, fuese la puerta que le abriría para que con sus conocimientos y entrega;
entrase para siempre, con letras mayúsculas en la Historia de la Humanidad.
En México lugar en donde permaneció el resto de su
vida, desde el 1975 la Presidencia de la República de México otorga la medalla
al mérito en enfermería “Isabel Cendalla Gómez”, (apúntese la variante de su
primer apellido en este caso). En este mismo país también lleva su nombre la
Escuela de Enfermería de San Martín de Texmelucán en la ciudad de Puebla. Su
trabajo y figura es reconocida por la propia Organización Mundial de la Salud
(OMS).la considera como la “primera enfermera de la sanidad pública”.
El
historiador Antonio López ha constatado con sus investigaciones que Isabel
Zendal Gómez nació en el mes de febrero de 1773 en la parroquia de Santa Mariña
de Parada (provincia de A Coruña), actualmente del municipio de Ordes. Hija de
Jacobo Zendal y de María Gómez. Familia pobre de solemnidad tal como consta en
documentos que así lo acreditan cuando fueron enterrados en el atrio parroquial
de Parada.
La ciudad de A Coruña ha tenido varias iniciativas
al objeto de recordar y fortalecer la figura de Isabel, la Rectora de la
Inclusa. Coincidiendo con el 200 aniversario de la salida desde el puerto de
esta ciudad de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, se levantó un
monolito dedicado a la “expedición de Balmis”, situada en el Paseo del Parrote.
En esta misma ciudad cuenta con una calle, en la Ciudad Vieja. En el año 2015 tenía aún como nombre la denominación "calle Isabel López Gandalia",
situada muy cerca del Paseo Marítimo. y de los Jardines de la Maestranza de Artillería, perpendicular a la calle de La Maestranza.
Que mejor sitio el dedicado a honrar también a los
integrantes de la Expedición como lo es la Domus. Ese museo dedicado al Hombre
en la ciudad de A Coruña, al igual que lo hicieron los expedicionarios con sus
congéneres. Aquí, en una parcela triangular, mirando al Océano Atlántico que
los vió partir aquel 30 de noviembre de 1803 se levantan 12 columnas en memoria
de todos los integrantes de la Expedición Filantrópica.
De cara a un futuro.
Se tiene constancia de la idea de producir una película
sobre la Expedición, cuyos máximos protagonistas estarían en las figuras
cinematográficas de José Coronado y Luis Tosar, tal como consta en distintas notas de prensa..
Quizás sea bueno este momento, una vez que sabemos
del verdadero nombre de Isabel; para que aquellas instituciones que honran su
nombre de una u otra forma, lo actualicen en cuanto sea posible. Será también
un buen momento para rememorar su figura y su trabajo, haciendo así justicia a
esta mujer.
Curiosidad estadística de “sus”
apellidos en Galicia.
Una vez que tenemos resulta la gran incógnita de los
apellidos de Isabel, tirando de los datos de la página web de la Universidad de
Santiago de Compostela, sobre la "Cartografía dos apelidos galegos", podemos
comprobar la curiosidad de la existencia de algunos apellidos en la comarca del
municipio de Ordes.
Cartografía dos apelidos galegos:
ZENDAL 0 no existen
actualmente personas registradas en Galicia con este apellido; según los datos
de la página web indicada.
CENDAL 91 personas, en 4 municipios de la provincia de A Coruña.
Oroso 36
Ordes 10
Santiago 34
A Coruña 11
SENDALES 0 no existen actualmente personas registradas en
Galicia con este apellido; según los datos de la página web indicada.
CENDALES 0 no existen actualmente personas registradas en
Galicia con este apellido; según los datos de la página web indicada.
GANDALIA 0 no existen actualmente personas registradas en
Galicia con este apellido; según los datos de la página web indicada.
CANDAL 2.118 personas en un total de 34 municipios, entre los
que destacan en número los siguientes:
LA HISTORIA DE ISABEL ZENDAL Y LA EXPEDICION BALMIS EN UNA MINISERIE DE TVE:La historia de Isabel Zendal y de la Expedición Balmis llevada a la televisión por medio de una miniserie titulada "22 almas" que esperemos sirva para llevar al gran público la inmensa hazaña que para la humanidad supuso este evento . Enlace informativo de la serie PINCHANDO AQUI
CONSTITUCION DE LA ASOCIACION ISABEL ZENDAL. Una buena noticia para finalizar el año 2016 es la constitución en el mes de noviembre en la ciudad de A Coruña de una Asociación dedicada a la figura de Isabel Zendal. Así lo recogen distintos medios de comunicación. Sin duda será un buen revulsivo para encauzar interesantes proyectos en todo lo que representa su figura y la Expedición Balmis para la Humanidad.
Noticia de la constitución de la Asociación que aparece publicada en el diario La Opinión de A Coruña del día 30 de noviembre de 2016
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NUEVA PUBLICACION
OPOSICIONES Corporaciones Locales. Ayuntamientos y Diputaciones. Auxiliares Administrativos. Administrativos.
Este libro pretende acercar del modo más ameno y sencillo posible, a aquellas personas que sientan al menos curiosidad por el mundo de la preparación de las oposiciones. De cualquier tipo, puesto que el modus operandi en la inmensa mayoría de ellas es muy similar.
Yo me centro en la Administración Local, los Ayuntamientos y Diputaciones que es lo que más conozco. Después de más de treinta años de experiencia en la Administración Local y con varias oposiciones en el cuerpo aprobadas y otras bastantes más a las que me presenté, he decidido poner mi grano de arena a colaborar con todas aquellas personas que estén interesadas en la tarea de preparar oposiciones a funcionario/a de la Administración Local.
Quiero participar, en colaborar para dar información lo más precisa y detallada posible, para iniciarse y dar los primeros pasos, que siempre son los más difíciles. Quiero dar información precisa, de la que mi generación carecíamos por completo cuando decidimos tomar este rumbo en nuestras vidas. No había internet y había que buscarse la vida con otras fórmulas mucho más rudimentarias. Ahora es todo mucho más sencillo y rápido, al alcance de todo el mundo, por lo que de existir algún problema en ese sentido, sea quizás el exceso de información y no saber seleccionar adecuadamente al barullo que nos vemos sometidos día a día.
Preparar una oposición es tarea ardua no exenta de disciplina, tesón, perseverancia, confianza en uno mismo; aunque cabe precisar que todo eso forma parte no sólo del mundo de las oposiciones. Lo es también ante el reto de la vida misma si queremos triunfar en cualquier otra actividad. No hay más que observar a quien está a nuestro alrededor y fijarnos en negocios, o profesionales que destacan sobre la media de los demás. Para llegar a ese punto han tenido que ser disciplinados, con mucho tesón y perseverancia y no desmayar en el intento. Pues eso mismo es el mundo de las oposiciones. No tiene mayor secreto. Si quieres cambiar algo tu vida comienza por cambiar tú mismo/a. El mundo cambia aunque tú no cambies. Nada cambia en tu vida si no cambias en tu vida. Ponle alegría, decisión y ánimo. Nada cambia si tú no cambias. No esperes a que te cambien las cosas si tú no haces lo posible porque cambien.
El mundo de las oposiciones es arte, una disciplina que requiere orden y entrenamiento, hasta demostrar la capacidad y habilidades necesarias. Es maña y astucia a la vez hasta adquirir destreza que es lo que nos lleva al éxito. Y a ese éxito quiero invitar a todas aquellas personas deseosas de conseguir lo que alguna vez han soñado.
A loita guerrilleira contra o réxime de Franco tivo como punto de actuación destacado a comarca de Betanzos. En canto á súa organización, na que o Partido Comunista xoga un destacado papel, Abegondo foi un dos puntos en donde se inician os primeiros contacto entre os principais dirixentes.
Un período convulso este da postguerra civil do 36. Na publicación "A loita guerrilleira contra o réxime de Franco en Abegondo e comarca de Betanzos" faise un percorrido de feitos históricos que marcaron a toda unha xeneración. Un relativo cronolóxico desde aqueles primeiros días en que chegan noticias da sublevación de parte do exército no Norte de África ata momentos de máxima tensión que aconteceron no territorio.
A publicación contén datos en cómo se desevolven os primeiros contactos para conformar as partidas organizadas que sexan capaces de desestabilizar ao sistema, as acción mais salientables (morte do crego de Viós, atentado contra a Garda Civil en San Tirso de Mabegondo ou o incendio da Casa do Concello de Abegondo).
Un recopilatorio en definitiva que nos adentra a aqueles anos da década dos 40 do século XX como foi a loita guerrilleira nas aldeas e pobos da comarca de Betanzos e con maior incidencia no concello de Abegondo.
A CORUÑA, una ciudad para TRES MUJERES:
Por aquello de que estamos en AGOSTO (del 2015) sólo una pequeña reflexión que llevo dentro desde hace tiempo y que hoy encuentro tiempo para plasmarla aquí.
. Si, son fiestas en A Coruña. Las fiestas de María Pita; merecida honra sin duda a la heroína. Y a Teresa Herrera. Quién no conoce o reconoce uno de los más famosos torneos veraniegos de fútbol que se celebran en España? Pues si me permiten una pequeña reflexión, la ciudad de A Coruña tiene pendiente una pequeña deuda con ISABEL ZENDAL GOMEZ.
En mi modesta opinión queda pendiente el reconocimiento por parte de la ciudad en la que vivió y se afianzó en su labor profesional, la ciudad que la vió partir en la Expedición Balmis. Reconocerla y encumbrarla en ese tridente femenino: María Pita, Teresa Herrera e Isabel Zendal.
Esa iniciativa sin duda puede y debe llevarla a cabo el Ayuntamiento (o Concello) de A Coruña, la máxima y mejor representación que tienen sus ciudadanos, sus vecinos. Sin despreciar para nada las biografías de las dos máximas representantes herculinas, Isabel reúne condiciones como para estar orgullos@s l@s coruñes@s y si me apuran la Humanidad. Con ella y con todos los integrantes de la Expedición Balmis,
La propia Autoridad Portuaria incluso puede ser un activo importante de cara a potenciar la figura y la obra de aquellos hombres, de los niños y de Isabel. Los miles de turistas que llegan todas las temporadas al Puerto de A Coruña supongo que les sería gratificante saber que llegan y parten no de un puerto cualquiera. Es el Puerto de A Coruña, el puerto de la Expedición Balmis. Y si no saben quién eran y qué hicieron, pues se les explica.
Los hechos históricos también tienen entronque con el turismo y la cultura también puede generar riqueza, incluso económica. Sólo hay que planteárselo seriamente y querer. Y querernos. Querernos dar a conocer por razones y cuestiones gratificantes como es la Expedición Balmis y la figura de Isabel Zendal Gómez.
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